No era la única que estaba en aquella habitación, se oía a alguien respirar, pero... ¿quién?
Cada vez más cerca... No sabía qué hacer, sólo gritaba para mis adentros: "¡Calla! ¡Calla! ¡Vete de aquí!"
Intenté ignorarlo, pero tenía miedo. Me repetía siempre lo mismo, que cesara ya.
"¡Déjame en paz!"
Ya no se oía a nadie, sólo mis latidos.
¿Estaba sola? ¿O mi imaginación me está haciendo una mala pasada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario