Es de noche, todo está en silencio. Sólo se nos oye a nosotros respirar. Está tan calmado todo...
Tumbada en el suelo, miro las estrellas.
-¡Mira, una estrella fugaz! ¡Pide un deseo!
Pasó un momento, hasta que continuó hablando.
-¿Qué has pedido?
Que esto nunca termine. Siempre es mucho tiempo, pero no me importa gastarlo contigo.
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