jueves, 8 de septiembre de 2011

No tengo miedo.

Abrió los ojos, se encontraba en una sala oscura. No se acordaba de lo que había pasado, pasó todo tan rápido...
De repente, se abrió la puerta, un hombre entró a la vieja sala.
-Tú tienes lo que queremos. -Dijo mientras se acercaba poco a poco donde estaba la chica.
-Sí, lo sé, otra cosa es que yo os la quiera dar, ¿no crees? -Dijo, en tono vacilante. Seguidamente el hombre la abofeteó. Ella permaneció callada, sin soltar ningún grito de dolor, ni ninguna palabra, permaneció mirando al hombre, con un gesto de odio.
-Vamos, sólo dinos dónde está, y te dejaremos ir.
-No me vas a hacer hablar nunca. Déjame en paz, estas perdiendo el tiempo conmigo. - Dijo. El hombre se enfureció bastante al oír esa contestación, y en seguida sacó un cuchillo y se lo puso en el cuello.
-Vamos, pequeña, no querrás desperdiciar tu vida por una tontería de estas, ¿no? Deja a los mayores hablar. -Dijo, presionando el cuchillo en su cuello. Ya se podían oír los latidos de su corazón.
Estaba segura, no le iba a decir nada, no tenía miedo, para nada.
Continuó mirando al extraño con su mirada. Sus ojos reflejaban sólo odio. Nunca se había visto así, se sorprendía de la seguridad que tenía en ella misma. 
-Escúchame ahora tú a mí. No voy a dejar que una persona como tú haga sufrir a la gente de mi alrededor, no me das miedo, ¿me oyes? ¡Apártate de mi camino! -Dijo gritando.
-¿Crees que esto es un juego? Tú lo has querido.
-¡Voy a acabar este juego a mi manera! - Rápidamente cogió el cuchillo y se lo arrebató de las manos. El hombre, aturdido, intentó esquivarla, pero esta ya estaba de pie.
-Adiós, tengo prisa. -Dijo ella.


Yuiko Aoi.

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